Juan Ramón Jiménez es un poeta español, fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura y es autor de la conocida obra Platero y yo.
La Luna es un poema escrito por este autor, que aparece publicado en el libro Diario de un poeta recién casado. Este libro fue escrito documentando un viaje que hizo el autor.
LA LUNA
BROADWAY. La tarde. Anuncios mareantes de colorines sobre el cielo. Constelaciones nuevas. El Cerdo, que baila, verde todo, saludando con su sombrerito de paja, a derecha e izquierda. La Botella, que despide, en muda detonación, su corcho colorado, contra un sol con boca y ojos. La Pantorrilla eléctrica, que baila sola y loca, como el rabo separado de una salamanquesa. El Escocés, que ensela y esconde su whisky con reflejos blancos. La Fuente, de aguas malvas y naranjas, por cuyo chorro pasan como una culebra, prominencias y valles ondulantes de sol y luto, eslabones de oro y hierro (que trenza un chorro de luz y otro de sombra...). El Libro, que ilumina y apaga las imbecilidades sucesivas de su dueño. El Navío, que, a cada instante, al encenderse, parte cabeceando, hacia su misma cárcel, para encallar al instante en la sombra... Y...
-¡La luna! -¿A ver? -Ahí, mírala, entre esas dos casas altas, sobre el río, sobre la octava, baja roja, ¿no la ves...? -Deja, ¿a ver? No... ¿Es la luna, o es un anuncio de la luna?
El poema se encuentra dividido en dos partes, siendo estas una descripción y un diálogo.
En la primera de ellas, el autor nos sitúa en Brodway, una avenida de Nueva York, concretamente en Times Square por la tarde, y nos relata lo que está viendo. Describe los anuncios luminosos como constelaciones, figuras en el cielo.
En la segunda parte, el autor plasma un diálogo que suponemos que tiene con su esposa, en el que cree haber visto la luna. Ambos desconocen si se trata de la luna real o de un anuncio de la misma, puesto que todos los carteles que han visto les impiden seguir distinguiendo con normalidad entre lo real y los anuncios.
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